Ir al contenido principal

"FELIPE VÉRTIZ", Manuel Gutiérrez Nájera





Retrato en blanco y negro del escritor mexicano Manuel Gutiérrez Nájera
Manuel Gutiérrez Nájera
(México, 1859-1895)


FELIPE VÉRTIZ[1]



¿No conocísteis a Felipe Vértiz?


Apenas comenzaba a vivir. El hermoso horizonte de la dicha abríase ante sus ojos y tocaban ya sus plantas el umbral de la ventura. Muchas ilusiones abrigaba su corazón, y muchos sueños su mente, muchas esperanzas su espíritu.


¿Quién hubiera dicho que estas esperanzas y esos sueños y aquellas ilusiones debían bien pronto convertirse en humo?  ¿Quién hubiera dicho que aquel joven lleno de vida, de ilusiones lleno, tocaba ya las puertas de la muerte?


Parece increíble, y sin embargo, ¡es cierto…!


¡Pobre Felipe!


Su corazón era noble y generoso como ninguno, clara y despejada su inteligencia, ejemplar y modesta su virtud. ¿Quién no le quería? ¿quién no le amaba? Hijo modelo y excelente hermano, buen compañero y cariñoso amigo, era de todos estimado, de todos querido y de ninguno odiado.


La sociedad le abría sus puertas, un porvenir de dicha le esperaba, y ya tendía su manos a descorrer el velo misterioso del hogar.


Se hallaba en el apoteosis de sus ilusiones.


Un paso más, y Felipe hubiera ceñido a las puras sienes de su amada la blanca corona de azahares. Un paso más, y el hogar, que es templo y que es santuario, le hubiera abierto sus doradas puertas, brindándole todas las dichas, todos los goces que soñara.


Empero, Dios no lo quiso.


Tal vez Felipe reía, tal vez Felipe soñaba, cuando la muerte vino a sorprenderle.


Nadie hubiera dicho, pocos minutos antes, que Felipe se moría.


Y sin embargo, ya la muerte se emboscaba en sus entrañas, traidora enfermedad de corazón le consumía, y pocos momentos después, aquel joven, en cuyo rostro la vida centelleaba, aquel joven cuyo corazón era nido de ensueños, aquel joven… no existía.


Pocas horas antes, la vida, los sueños, la esperanza. Después, el cadáver, los cirios y las lágrimas. ¡Triste verdad que hiela de pavor el pecho, y que en el alma triste pone espanto!


Morir, cuando mucho se ha sufrido; morir, cuando mucho se ha llorado; es alcanzar no sólo el término, sino el descanso;  no sólo el reposo, sino la dicha.


Pero morir cuando se sueña, morir cuando se ríe, cuando se mira la vida por un hermoso prisma de colores, morir es entonces lo más triste, lo más horrible, lo más negro; es la despedida luctuosa de todo cuanto se ama; es deprenderse de lazos que forman los lirios y las rosas; es un dolor, un tormento, un martirio.


Quizá por eso el cielo, que amaba a Felipe porque era bueno, no quiso que llorara en esa despedida, no quiso que sufriera en esa muerte, y le arrancó de la tierra sin que él mismo le sintiera, y abrióle, desde luego, el paraíso. Un amigo menos. Un combatiente que perece en el comienzo de la lucha. Un peregrino que ha alcanzado el término de su viaje.


¡Pobre Felipe![2]








Versión audio en Youtube.
[1] Apareció en El Federalista del 31 de diciembre de 1876 como una de las seis subdivisiones de un artículo titulado “Confidencias” y firmado “Manuel Gutiérrez Nájera”. Conservamos el subtítulo que lleva allí.
            Hasta ahora no ha sido recogido.
[2] Transcribí este relato desde: Gutiérrez Nájera, Manuel, Cuentos completos y otras narraciones, Fondo de Cultura Económica, 2ª ed., Colección popular, Pról, edición y notas de E. K. Mapes, estudio preliminar de Francisco González Guerrero, México, 1983, pp. 333-334. La nota 1 es de E. K. Mapes. Se puede leer una ficha de autor aquí.




Usted puede encontrar toda la obra que se ha publicado de Manuel Gutiérrez Nájera -tanto poesía como narrativa y ensayo- en este enlace de Amazon, asímismo encontrará libros sobre su obra.

__________

Loca esperanza de la vida mía, de Ángel Gustavo Rivas, obtuvo el Premio Interamericano de Poesía Navachiste 2018, y está a la venta en Amazon. Para comprarlo, haga click aquí o en la imagen abajo. Para leer un poco más sobre este libro y leer algunos poemas, vaya a la página en Jacalito Literario de Loca esperanza de la vida mía.

Loca esperanza de la vida mía, Premio de Poesía Navachiste 2018

Premio Interamericano de Poesía Navachiste 2018


____________________________
El Jacalito del Fondo, blog de literatura.


Comentarios

ad

Entradas populares de este blog

Poemas de Roque Dalton

 Aquí hay una lista en orden alfabético por título de poema o por primer verso de todos los poemas de Roque Dalton que han sido publicados en El Jacalito del Fondo: Roque Dalton Lista de poemas de Roque Dalton Alta hora de la noche   Como la siempre viva   Como tú   Desnuda   El gran despecho   El mar   El vanidoso   Hora de la ceniza   María Tecum   Mi amor por ti es mucho más que amor   No te pongas bravo, poeta   Nunca entendí lo que es un laberinto   Poema de amor   Tú compañía   Vals   Y, sin embargo, amor, a través de las lágrimas..., Yo estudiaba en el extranjero en 1953   Índice alfabético de autores | Suscribirse | Inicio   Libros de y sobre Roque Dalton.  

Poemas de Dulce María Loynaz

  Poemas de Dulce María Loynaz  Lista alfabética de los poemas de Dulce María Loynaz publicados en El Jacalito del Fondo:  Agua escondida   Amor es...   Cheché   Creación   Criatura de isla   Deseo   Despremdimiento   Divagación   El cántaro azul   Espejismo   Está bien lo que está   Eternidad   La balada del amor tardío   La criatura de isla paréceme, no sé por qué...   La duda   Poema sin nombre   Poema XVII: Hay algo muy sutil y muy hondo...   Poema XXVII: Miro siempre al sol que se va   Poema XXIX: En cada grano de arena...   Poema XXXVI: He de amoldarme a ti como el río a su cauce... Poema XXXVII: Ayer me bañé en el río   Poema XXXVIII: Si dices una palabra más   Poema LVII: No te nombro...   Poema LXI: En el valle profundo de mis tristezas   Poema CXXII: ¿Qué loco sembrador anda en la noche...?   Precio   Quiéreme entera...   Rosas  ...

Poemas de Norma Bazúa

  Poemas de Norma Bazúa  Norma Bazúa El libro Todo en su sitio , editado y publicado por Cisnegro:  En cada esquina de la vida   Primer rincón   Mientras zarpa del puerto de la lluvia   Mástil donde el hombre   En este instante   Si sembré retoños antes de la raíz   Antes que la noche   Ella se escapa   corre    Es óptima la ortiga   Los sueños se aquietan   Todas las superficies son ajenas   Esta uva inmersa en el follaje   Sufre el oscuro viento   La brisa cae sobre la arena   Rincón segundo   Este pudor que me dejaron   Me rodearon tus brazos   Porque la fantasía   Igual que en el amor   La humedad interna   Se nos anegaron las rosas   Necesito un imán   Algo me corroe la certeza   La duda es un monstruo   Por un instante quisiera   Bajo esta costra sobre la herida nueva   Ya conjuré el bostezo   Apenas a la mitad del cam...