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"Me dejaron en visto", El Barón de la Banqueta




Imagen de la doble flecha azul que indica que el mensaje enviado ha sido visto por el destinatario



Le escribí a mi amiga Patricia hace ya como tres meses, le escribí para solicitarle un artículo o algún texto para mi revista, pero no me ha contestado nada, así suele hacer;  antes de eso le había escrito para pedirle que me pasara, para preguntarle cuándo podría pasarme las fotos de la última presentación, en aquella ocasión me contestó relativamente pronto, “el sábado se las paso”, me dijo, pero han pasado desde entonces una docena completa de sábados, mañana será el sábado trece, y no me ha contestado más, y no me ha mandado ninguna foto tampoco. Este tipo de situaciones son para mi dejavús, ya sé lo que pasará.
Ayer, explorando en internet di con la página de Gerardo, un amigo nuestro, es decir, un amigo en común, y vi que él la mencionaba a ella en una publicación, y ella le había ya dado like y le había puesto un comentario, antes de las tres horas de haber el Gera publicado eso; en páginas de otros amigos en común ella se muestra más activa, comenta, convoca, escribe, provoca, da likes y hasta participa en conversaciones públicas infinitas en la sección de comentarios. Pero mi mensaje no lo contesta, al parecer, esos no los ve, porque siempre que me escribe después, cuando ya es ella quien necesita, requiere o quiere algo, empieza su mensaje diciendo “acabo de ver sus mensajes” y seguido de esto unas dos o a lo mucho tres líneas que liquidan el asunto y, luego de esto, el tema nuevo.

Pero todos quienes usamos esta página sabemos que cuando llega un mensaje nuevo, llega una notificación, el cuadro de conversación con el remitente se pone hasta arriba y se marca con un color azulito que destaca ente el blanco de los ya leídos, y entre paréntesis aparece un número que indica la cantidad de mensajes sin leer; por eso uno puede más o menos estar seguro de que los destinatarios vieron el mensaje, es decir, vieron que había llegado un mensaje. A veces, incluso, lo abren, sale el aviso de “visto”, pero aún así la gente dice luego “no había visto tus mensajes”, “apenas veo tus mensajes” etcétera. Cabe, por supuesto, la posibilidad de que por fallos de las redes o de los equipos, como trabarse la computadora y ponerse blanca la pantalla, o desbloquearse el celular en el interior de la bolsa –de mano o del pantalón– los mensajes sean visualizados en la pantalla sin ser realmente vistos por el usuario que es amigo, o que es contacto de uno, esa y otras posibilidades caben, por supuesto que sí, pero lo infinitamente más probable es que el usuario amigo o contacto de uno haya en efecto visto el mensaje, o más temprano o más tarde, y haya conscientemente decidido no contestarlo, eso es lo más probable y es de hecho lo que ocurre con mucha mayor frecuencia.

Además, cuando ya un comportamiento se vuelve sistemático, es decir, que ante las mismas situaciones se repite de idéntica manera y con los mismos resultados, cuando la actitud en las otras manifestaciones de interés posibles apuntan hacia la misma conclusión, pues habría que citar aquello que, aunque más viejo debe ser y de dominio popular, yo le escuché por primera vez al doctor José Manuel Mireles, hombre valiente y honesto injustamente encarcelado por el gobierno asesino de Peña Nieto y el PRI, y que dice no exactamente pero sí más o menos así: si un animal tiene cara de conejo, tiene patas de conejo, tiene orejas de conejo, salta como conejo, emite un sonido como el del conejo, y come zanahorias como el conejo… pos ¿qué es ese animal?

En fin, lo que pasará será esto: un día, después de haber ignorado por meses, acaso años, todos mis mensajes y mis solicitudes, mi querida amiga Patricia me llamará por teléfono (quizás intente antes contactar por mensaje de celular, de esta misma página o de paloma mensajera, pero ante mi titubeo, causado por la impresión, por la sorpresa, por la tristeza de ver semejante impunidad, ante mi posible inacción y perplejidad, ante mi absortez o abosrción o klen bebé chicolastic, ella llamará de todos modos antes de los cinco minutos, porque tendrá miedo de que la deje en visto) me dirá oiga, cómo ha estado, o cómo está que no es lo mismo pero es igual, y yo le diré que muy bien, gracias, y entonces ella hará una rápida mención de los mensajes vistos hace meses y dirá algo así más o menos como, opción a) sí los vi pero es que andaba en chinga, ya sabe –aquí colocará, según el estado de cosas vigente en ese momento, alguna enfermedad, o una chamba o asuntos de familia– le mandaría ahora algo pero pos ya vi que ya no saca la revista (pero nada dirá de que es probablemente responsable en parte de la muerte hipotética de mi revista por no atender mi llamada de editor y mandarme un trabajo suyo para que hubiera páginas que sumadas entre sí pudieran dar a la revista cuerpo y por lo tanto vida), yo los textos ahí los tengo, y sí los quiero publicar de hecho; o bien, opción b) le mando los textos, nada más déjeme ver bien cuál porque, hay unos que por la materia sí necesito que se publiquen en revistas de mayor difusión, ya sabe, ahorita que está caliente el tema de los ataques a sexuales descarados a mujeres, necesito que tengan el mayor alcance posible, pero sí , le mando, por supuesto, ya sabe, si pa eso estamos, y me encantará aparecer en las páginas de su revista, ya sabe que se le quiere, y por supuesto que siempre me ha gustado apoyar los proyectos independientes, y si son de amigos, mucho más y con más gusto. Mire, le llamaba  a parte de para saludarlo y manifestar el cariño y demás, todo eso que usted ya sabe y que por lo tanto no se lo tengo que decir, para ver si va a estar ocupado los próximos dos meses, es que mire, como ya le había comentado, vamos a salir del país por lo menos unos dos meses, nos iremos a Bagdag, a Sarmarcanda o a París, y quería ver si usted iba a poder venir a hacerse cargo de mis hijas, si viene y se queda aquí en el depto. mejor, porque ellas necesitan amor las 24 horas, pero si no, pues sí por lo menos que venga cuatro veces al día.

Eso, poco más o menos, con algunas posibles variantes, es lo que va a suceder, en cualquier momento. Por ahora, simplemente sucede que me han dejado en “visto”, como se dice.



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Puede conocer a nuestro autor El Barón de la Banqueta en esta presentación.

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