Fotografía: MarthaJ.OsunaB. Ángel Gustavo Rivas Información general sobre el Festival de las Artes Navachiste Ha llegado la Primavera, en Ciudad de México ya están floreadas las jacarandas y el color violeta embellece los paisajes urbanos, esto significa -se lo escuché a Vidal Flores alguna vez a la orilla del mar- que ya está muy cerca el Festival Navachiste. Las olas del mar, en la costa sinaloense, están acomodando la arena para recibir a los amantes de la poesía que llegarán al Carrizo Colorado a pasar una semana entre letras, escultura, teatro, música, agua salada, cerros y otros humanos felices en un ambiente que conjuga arte, naturaleza y fraternidad. El Festival Internacional de las Artes Navachiste se celebra "siempre en Semana Santa" en las costas de Sinaloa, sobre la arena con conchas de caracol, entre cerros y manglares y ante las tranquilas aguas de la Bahía de Navachiste, en los límites de los norteños mu
Le escribí a mi amiga
Patricia hace ya como tres meses, le escribí para solicitarle un artículo o
algún texto para mi revista, pero no me ha contestado nada, así suele hacer; antes
de eso le había escrito para pedirle que me pasara, para preguntarle cuándo
podría pasarme las fotos de la última presentación, en aquella ocasión me
contestó relativamente pronto, “el sábado se las paso”, me dijo, pero han
pasado desde entonces una docena completa de sábados, mañana será el sábado
trece, y no me ha contestado más, y no me ha mandado ninguna foto tampoco. Este
tipo de situaciones son para mi dejavús, ya sé lo que pasará.
Ayer,
explorando en internet di con la página de Gerardo, un amigo nuestro, es decir,
un amigo en común, y vi que él la mencionaba a ella en una publicación, y ella
le había ya dado like y le había puesto un comentario, antes de las tres horas
de haber el Gera publicado eso; en páginas de otros amigos en común ella se
muestra más activa, comenta, convoca, escribe, provoca, da likes y hasta participa
en conversaciones públicas infinitas en la sección de comentarios. Pero mi
mensaje no lo contesta, al parecer, esos no los ve, porque siempre que me
escribe después, cuando ya es ella quien necesita, requiere o quiere algo,
empieza su mensaje diciendo “acabo de ver sus mensajes” y seguido de esto unas
dos o a lo mucho tres líneas que liquidan el asunto y, luego de esto, el tema
nuevo.
Pero
todos quienes usamos esta página sabemos que cuando llega un mensaje nuevo,
llega una notificación, el cuadro de conversación con el remitente se pone
hasta arriba y se marca con un color azulito que destaca ente el blanco de los
ya leídos, y entre paréntesis aparece un número que indica la cantidad de
mensajes sin leer; por eso uno puede más o menos estar seguro de que los
destinatarios vieron el mensaje, es decir, vieron que había llegado un mensaje.
A veces, incluso, lo abren, sale el aviso de “visto”, pero aún así la gente
dice luego “no había visto tus mensajes”, “apenas veo tus mensajes” etcétera.
Cabe, por supuesto, la posibilidad de que por fallos de las redes o de los
equipos, como trabarse la computadora y ponerse blanca la pantalla, o
desbloquearse el celular en el interior de la bolsa –de mano o del pantalón–
los mensajes sean visualizados en la pantalla sin ser realmente vistos por el
usuario que es amigo, o que es contacto de uno, esa y otras posibilidades
caben, por supuesto que sí, pero lo infinitamente más probable es que el
usuario amigo o contacto de uno haya en efecto visto el mensaje, o más temprano
o más tarde, y haya conscientemente decidido no contestarlo, eso es lo más
probable y es de hecho lo que ocurre con mucha mayor frecuencia.
Además,
cuando ya un comportamiento se vuelve sistemático, es decir, que ante las
mismas situaciones se repite de idéntica manera y con los mismos resultados,
cuando la actitud en las otras manifestaciones de interés posibles apuntan
hacia la misma conclusión, pues habría que citar aquello que, aunque más viejo
debe ser y de dominio popular, yo le escuché por primera vez al doctor José
Manuel Mireles, hombre valiente y honesto injustamente encarcelado por el
gobierno asesino de Peña Nieto y el PRI, y que dice no exactamente pero sí más
o menos así: si un animal tiene cara de conejo, tiene patas de conejo, tiene
orejas de conejo, salta como conejo, emite un sonido como el del conejo, y come
zanahorias como el conejo… pos ¿qué es ese animal?
En
fin, lo que pasará será esto: un día, después de haber ignorado por meses,
acaso años, todos mis mensajes y mis solicitudes, mi querida amiga Patricia me
llamará por teléfono (quizás intente antes contactar por mensaje de celular, de
esta misma página o de paloma mensajera, pero ante mi titubeo, causado por la
impresión, por la sorpresa, por la tristeza de ver semejante impunidad, ante mi
posible inacción y perplejidad, ante mi absortez o abosrción o klen bebé
chicolastic, ella llamará de todos modos antes de los cinco minutos, porque
tendrá miedo de que la deje en visto) me dirá oiga, cómo ha estado, o cómo está
que no es lo mismo pero es igual, y yo le diré que muy bien, gracias, y
entonces ella hará una rápida mención de los mensajes vistos hace meses y dirá
algo así más o menos como, opción a) sí los vi pero es que andaba en chinga, ya
sabe –aquí colocará, según el estado de cosas vigente en ese momento, alguna
enfermedad, o una chamba o asuntos de familia– le mandaría ahora algo pero pos
ya vi que ya no saca la revista (pero nada dirá de que es probablemente
responsable en parte de la muerte hipotética de mi revista por no atender mi
llamada de editor y mandarme un trabajo suyo para que hubiera páginas que
sumadas entre sí pudieran dar a la revista cuerpo y por lo tanto vida), yo los
textos ahí los tengo, y sí los quiero publicar de hecho; o bien, opción b) le
mando los textos, nada más déjeme ver bien cuál porque, hay unos que por la
materia sí necesito que se publiquen en revistas de mayor difusión, ya sabe,
ahorita que está caliente el tema de los ataques a sexuales descarados a
mujeres, necesito que tengan el mayor alcance posible, pero sí , le mando, por
supuesto, ya sabe, si pa eso estamos, y me encantará aparecer en las páginas de
su revista, ya sabe que se le quiere, y por supuesto que siempre me ha gustado
apoyar los proyectos independientes, y si son de amigos, mucho más y con más
gusto. Mire, le llamaba a parte de para saludarlo y manifestar el
cariño y demás, todo eso que usted ya sabe y que por lo tanto no se lo tengo
que decir, para ver si va a estar ocupado los próximos dos meses, es que mire,
como ya le había comentado, vamos a salir del país por lo menos unos dos meses,
nos iremos a Bagdag, a Sarmarcanda o a París, y quería ver si usted iba a poder
venir a hacerse cargo de mis hijas, si viene y se queda aquí en el depto.
mejor, porque ellas necesitan amor las 24 horas, pero si no, pues sí por lo
menos que venga cuatro veces al día.
Eso, poco más o menos,
con algunas posibles variantes, es lo que va a suceder, en cualquier momento.
Por ahora, simplemente sucede que me han dejado en “visto”, como se dice.
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