La brisa cae sobre la arena
sin resolver la paradoja
de si la humedad del aire
tiene algo que ver con el concilio
del agua y la aridez
La brisa cae con displicencia
sobre el rostro de la mañana
como algo natural sin preguntas
sin respuestas
como si ella acariciara la piel del instante
para hacerlo caer en la trampa
del terror a la muerte
que inmoviliza las edades
junto a la savia fresca.
Norma Bazúa
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